MASAJE INFANTIL RECIÉN NACIDO Y LACTANTE:
El
masaje del niño ha sido, desde hace siglos, una tradición para muchas culturas,
se han registrado referencias de masajes en los niños desde hace más de 3000
años, comenzando con los Egipcios, la cultura China e India.
Actualmente se
sugiere que el masaje humano es el equivalente al “langüeteo” que realizan los
animales con sus crías justo después de su nacimiento, para mejorar sus
probabilidades de supervivencia.
El tacto es el primer sentido en desarrollarse dentro del útero, y es el último que desaparece antes de morir. Los estudios indican que el sentido del tacto se desarrolla entre la sexta y novena semana de gestación: aunque no alcanzan los 2,5 cm de longitud y todavía no se han desarrollado los ojos y las orejas, la sensibilidad de la piel se encuentra bastante desarrollada. Al principio el feto se balancea y flota para posteriormente ir experimentando, según vaya creciendo dentro del útero materno, sensaciones táctiles y de movimiento que luego serán decisivas para su desarrollo en el mundo exterior.
De esta forma los bebés están acostumbrados a la estimulación táctil y de movimiento constante y necesitan reanudar estas sensaciones después del nacimiento.
Nuestra piel es extraordinaria, es nuestro órgano más grande y la primera y más importante conexión del ser humano con el mundo. Sin el tacto, el bebé humano moriría con toda seguridad. Con el tacto saludable, el bebé humano no solamente sobrevive, sino que alcanza todo su potencial.
Pero no se pueden olvidar los demás sistemas sensoriales, como gusto, olfato, visión y audición. Todos ellos son de gran importancia para la vinculación emotiva y unión entre padres e hijos. En este sentido se debe procurar que el masaje infantil no sea algo automático solamente de contacto manual, sino que además de ello se utilice el contacto físico en su más amplio significado.
El masaje infantil se trata de un masaje para bebés, que
mediante el tacto y elongaciones en el cuerpo, ayuda a que éste se relaje y se
beneficie psicológica y físicamente en todo su organismo, favoreciendo su
desarrollo.
Con el masaje, estamos fomentando la comunicación corporal
con los niños, algo que logran mucho antes que la comunicación verbal. La
calidad de este diálogo, desde el minuto del nacimiento, es fundamental para
que el niño forme una personalidad sana y pueda ser feliz.
BENEFICIOS DEL MASAJE INFANTIL:
Dentro de sus
beneficios, se encuentran los siguientes:
1. Mejora la Calidad del Apego: Facilita los
vínculos afectivos, porque incluye los elementos principales para establecerlos:
contacto con la mirada, sonrisa, sonidos, abrazos, caricias, olor, respuesta a
los estímulos e interacción. Estos elementos garantizan la calidad de la
intimidad entre los padres y el bebé, fortaleciendo la relación y comunicación
entre ellos.
2. Ayuda a su desarrollo psicológico: El masaje cambia los
patrones de comportamiento, reduciendo los umbrales de miedo y excitación, favorece las
habilidades sociales, al fomentar un mejor contacto ocular y el aprendizaje de
pautas amorosas de acercamiento y contacto afectivo con otros. Los niños que
han desarrollado un contacto cercano con sus padres crecen con conductas menos agresivas. El estímulo táctil,
auditivo, visual y emocional que se desarrolla en el masaje, pone al bebé en
estado de alerta, abriéndolo a procesos de memorización y aprendizaje. Además,
le ayuda al bebé a integrar hábitos y rutinas dentro de su vida, lo que le
entrega mayor contención y estabilidad.
3. Ayuda a reconocer los límites corporales: El masaje nos
permite tomar conciencia de las dimensiones y el espacio de nuestro cuerpo en
relación al espacio externo, lo cual favorece el respeto por los espacios y
límites propios y de los demás. Además, si el conocimiento de los límites
corporales ha sido placentero, se favorece una buena aceptación de uno mismo,
factor esencial para la seguridad, confianza y autoestima.
4. Fomenta la liberación emocional y física: El masaje ayuda a
autorregular, canalizar y procesar las experiencias vividas, permitiendo al
bebé liberar las tensiones acumuladas del día con la persona en quien más
confía. Con el masaje, el bebé aprende a responder a la tensión con la
relajación.
5. Regula y refuerza función gastrointestinal: El masaje ayuda
a madurar el sistema gastro-intestinal, y después a regularlo. Mejorando las incomodidades producidas por cólicos, gases y
estreñimiento.
6. Estimula el sistema inmunológico: Una situación de
tranquilidad mantiene en equilibrio el sistema inmunológico y mejora su
funcionamiento. La seguridad que podemos ofrecer al bebé a través de un
contacto corporal amoroso y continuado, así como el hecho de favorecer un
estado de tranquilidad y relajación, fortalecerán su sistema inmunológico,
activando mejor sus defensas frente a infecciones u otras enfermedades.
7. Propicia un mejor desarrollo del sistema nervioso: La piel
es el mayor y más poderoso sistema de comunicación de que dispone el bebé; a
través del tacto se transmiten infinidad de mensajes del medio externo al
interno. La estimulación sensorial del masaje acelera el proceso de mielinización del sistema nervioso central, aumentando la alimentación de las neuronas y mejorando la comunicación entre el cuerpo y el cerebro, fomentando una mejor
capacidad de aprendizaje.
8. Favorece circulación sanguínea y linfática: A mayor aporte
de oxígeno mayor limpieza de la sangre. Los movimientos de entrada ayudan al
retorno de la sangre al corazón y producen un efecto tonificante. Los de salida
ayudan a la sangre a llegar hasta los extremos (manos y pies) y producen un
efecto relajante. Además, el masaje ayuda a drenar el sistema linfático
suavemente.
9. Favorece el sistema hormonal: Se reduce el ACTH y las
catecolaminas, y aumenta la liberación de hormonas del crecimiento, endorfinas
(hormona que entrega placer y elimina el dolor), oxitocina (hormona del apego)
y prolactina. La prolactina se encarga de producir la leche y facilita la creación de la
conducta maternal: las ganas de atender y cuidar al bebé, ganas de tocarlo, acariciarlo…
10. Fortalece el Sistema Respiratorio: El masaje en la zona del
pecho, espalda y hombros ayuda a regular el sistema respiratorio, fortaleciendo
los pulmones y mejorando congestiones por mucosidad. Ayuda también a lograr una
respiración profunda por el efecto del sistema táctil sobre el sistema nervioso
autónomo.
11. Fortalece el Sistema Muscular: El masaje tiene un efecto
relajante y tonificante de la musculatura. Ayuda a hidratar, tonificar la piel,
disolver nudos de tensión física y emocional, mejorar su flexibilidad,
coordinación y psicomotricidad en general.
12. Ayuda en la recuperación de peso en prematuros: la estimulación táctil a través del masaje, mejora el tono vagal y gracias a esto aumenta la motilidad gástrica, lo que tiene una incidencia directa con la mejor ganancia de peso, gracias a una mejor digestión y asimilación de los alimentos.
Antes de empezar el masaje:
El masaje se debe de aplicar en condiciones óptimas para que se pueda sacar el máximo beneficio a fin de mantener el confort y receptividad del pequeño desde el principio hasta el final. El momento de hacerlo debe ser entre toma y toma de alimentos, de forma que el niño no esté recién comido ni tenga sensación de hambre.
La habitación debe estar a una temperatura ideal, para que el niño pueda estar totalmente desnudo. Se debe hidratar previamente las manos (lo más recomendado es una aceite natural de prensado en frío, ya que tarda más en absorberse que una crema, para que no tengamos que interrumpir el masaje en ningún momento).
Se puede masajear a los bebés desde recién nacidos, lo que se debe tener en cuenta es la intensidad de las maniobras y el tiempo que se va a emplear para ello.
Mantener la misma rutina diaria favorece que los niños se sientan más seguros de sí mismos y que sean capaces de anticipar las acciones de la vida que les rodea. Todo ello contribuya para su buen desarrollo senso-psicomotor.
Debemos dar el masaje para cuando estemos relajados y no tengamos prisa. De la misma forma deberemos observar al bebe, para ver cual es su estado de ánimo. Si encontramos al bebe sonriente y tranquilo, entonces, mirándole a los ojos y con una suave caricia le pediremos permiso para empezar el masaje y esperaremos a que el bebé nos de una respuesta.
Es importante saber que los niños sólo podrán relajarse y disfrutar del masaje si los padres no están estresados y se toman su tiempo para ello. Es un momento de entrega y tranquilidad que se debe de tomar muy en serio.
La capacidad de relajarse completamente es una técnica que cuanto antes la aprenda el niño, más fácil será que la ponga en práctica en caso de necesidad.
Aunque las primeras veces no veamos una respuesta clara, pronto seremos capaces de interpretar sus muestras de alegría o si por el contrario no le interesa el masaje en ese momento. Si el bebé está dispuesto nos mirará con atención y nos responderá con sonrisas, sonidos, relajado y con cierta actividad al mismo tiempo; en este caso podemos empezar el masaje, despacio, como si con nuestras manos tratáramos de escuchar qué expresa y cómo es el cuerpo del bebé.
De esta forma el masaje infantil es también una excelente herramienta de comunicación, pues no se debe entender esta última solamente como verbal. El lenguaje del cuerpo, específicamente el de las manos, nos dice mucho más que las palabras.
Puede ser que, aunque al principio se muestre interesado, en unos minutos nos de signos de inquietud. En este caso, podemos cambiar de ubicación, ir más despacio, dejar nuestras manos quietas reposando o hacer una pausa.
SECUENCIAS DEL MASAJE:
Se empezará siempre con el niño tumbado boca arriba con la cabeza más alta que los pies, apoyado en nuestras piernas.
MIEMBROS INFERIORES:
Se comenzará por ellos debido a que son las partes menos vulnerables del niño y desde donde la mayoría de los bebés intentan establecer una forma de comunicación, incluso antes del contacto visual. Para muchos niños el masaje de los miembros inferiores resulta agradable y esto ayuda a conseguir una relajación de todo el cuerpo.
Los movimientos del masaje en piernas y pies son los siguientes:
1) Vaciado Hindú: el tipo de movimiento es el de ordeño, de la cadera a los tobillos.
Una mano sujeta suave y firmemente el pie por el tobillo mientras la otra
aplica un masaje deslizando la mano completa, comenzando por la parte exterior
de la pierna, desde la cadera al tobillo. Después haremos lo mismo por la
parte interior de la pierna.
2) Comprimir y retorcer: ambas manos toman la pierna de la pantorrilla y comienzan
a presionar un poco la pierna moviendo ambas manos desde la pantorrilla
hasta el tobillo.
3) Deslizamientos en la planta del pie: deslizamos ambos dedos pulgares por la
planta del pie en dirección a los dedos.
4) Empeine: Deslizamos los dedos pulgares por el empeine.
5) Círculos en tobillo: Con los dedos pulgares dibujamos pequeños círculos en ambos
tobillos al mismo tiempo.
6) Vaciado sueco: realizamos un masaje tipo ordeño, tomando un tobillo con una
mano y la otra aplica un masaje deslizando toda la mano desde el tobillo a la
pantorrilla, comenzando por la parte exterior de la pierna y después por la parte
interior.
7) Repetimos todos los pasos en la otra pierna.
8) Tomamos con ambas manos las caderas del bebé, para hacerle saber que sus piernas están unidas al tronco y como paso para el masaje hacia el abdomen.
ABDOMEN:
Los movimientos aplicados en el abdomen ayudan a tonificar la musculatura y activar el sistema intestinal del niño. Se respetará la dirección del tránsito intestinal, sentido agujas del reloj, terminando los movimientos en la parte inferior izquierda del abdomen.
1- Manos que reposan: colocamos las manos sobre el vientre del bebé con tacto suave, intentamos conectar con las respiraciones del bebé, respirando con él tres veces.
2- Rueda hidráulica: realizamos con la palma de ambas manos un "paleteo", como al hacer un hoyo en la arena, sobre todo el vientre del bebé de arriba- abajo, 6 repeticiones.
3- Flexionar las piernas sobre el abdomen y mantener 5 segundos.
4- Manos que reposan: repetimos la posición de relajación del principio
5- Sol y luna: Con la mano izquierda da vueltas en la dirección de las agujas del reloj,sin levantar el contacto, es el sol. Cuando la izquierda llega a las 6 horas, la mano derecha dibuja una luna, de las 8 a las 6 horas, siempre en la misma dirección del reloj. 6 repeticiones.
6- Flexión de las piernas sobre el abdomen y mantener 5 segundos.
7- Finalizamos con relajación: balanceo suave de las caderas y deslizamiento de nuestras manos relajadas por ambas piernas hasta llegar a los pies.
TÓRAX:
Los masajes en el tórax tonifican la musculatura respiratoria, favoreciendo el buen funcionamiento de su mecánica. Además calman al niño.
1- Manos que reposan: Comenzaremos colocando las manos muy suavemente en el pecho del bebe, sin hacer ningún movimiento, y esperaremos unos segundos hasta que el bebe se tranquilice y nos de su permiso.
2- Corazón: Seguiremos haciendo un dibujo con nuestras manos muy suave en forma de corazón, llevando las manos hacia los hombros para bajarlas hasta el esternón, subir por el mismo y volver abrir.
3- Mariposa: El siguiente movimiento, tiene forma de mariposa, colocamos las manos planas y quietas a los lados de las costillas, la mano derecha se desliza hacia el hombro izquierdo y vuelve a colocarse en el lateral de las costillas para dejar paso a la mano izquierda que se desliza hasta el hombro derecho, para volver por mismo camino hasta las costillas.
MIEMBROS SUPERIORES:
Se debe dedicar especialmente a ellos debido a que gran parte de la percepción que se tiene del mundo exterior se desarrolla a través de la manipulación.
1- Axila: una mano eleva el brazo del bebé y la otra realiza un deslizamiento desde la axila hasta la cadera.
2- Vaciado Hindú: el mismo movimiento que en la pierna, desde el hombro hasta muñeca.
3- Abrir la mano: abrimos el puño y aplicamos un ligero masaje en la palma de la mano.
4- Dorso de la mano: deslizamos los pulgares por el dorso de la mano hacia la muñeca
5- Círculos en la muñeca: dibujar con los pulgares círculos en la muñeca en sentido de las agujas del reloj.
6- Vaciado Sueco: como en la pierna desde la mano hacia el hombro.
7- Movimiento de integración: sacudimos el brazo desde la muñeca y nos despedimos de él, para pasar al brazo contrario.
CARA:
Se debe tener especial cuidado con el masaje facial, puesto que la cara es una zona muy íntima de cada persona y no se puede echar a perder la buena disposición del niño con relación al masaje. El abordaje debe ser cuidadoso y lento.
1- Abrir un libro sobre la frente: con los pulgares deslizamientos desde el centro hacia fuera.
2- Sobre las cejas: lo mismo que el anterior pero sobre las cejas.
3- Hacia el puente nasal, bajo los pómulos: seguimos con los pulgares deslizándolos por la nariz y parte superior de los pómulos hacia fuera. Ayuda a abrir los senos y relaja la musculatura de las mejillas.
4- Sonrisa en el labio superior e inferior: dibujamos una sonrisa con los pulgares, primero por encima del labio superior y luego por debajo del labio inferior.
5- Círculos en la mandíbula: realizamos círculos con los dedos sobre las mejillas hacia las orejas, delante de éstas y bajamos por la mandíbula inferior hacia la barbilla.
ESPALDA:
Suele ser la zona preferida de los niños por ser la más relajante del masaje. Para aplicarla colocar al niño tumbado boca abajo sobre nuestros muslos.
1- Manos que reposan: colocar ambas manos sobre la espalda cubriéndola con tacto suave.
2- Vaivén: hacer un movimiento contrario con las manos desde las nalgas hacia los hombros y volver a bajar.
3- Barrido desde el cuello hasta las nalgas: con una mano sobre las nalgas, realizar con la otra un deslizamiento desde el cuello hasta la otra mano.
4- Barrido desde el cuello hasta los pies: con una mano sujetamos los talones y con la otra realizamos pases desde el cuello hasta los tobillos, bajando por la espalda y piernas.
6- Peinado: para despedirnos de la espalda, se peina con los dedos desde la zona de los hombros hasta las nalgas.
ENLACES DE INTERÉS:
http://www.masajeinfantil.es/joomla/
http://www.iaim.net/languages/spanish/
SONIA VÁZQUEZ VILABRILLE EIR 1º