viernes, 21 de marzo de 2014

¿Por qué son cada vez más las mujeres que eligen la alternativa del parto en el agua?

El parto en el agua está ganando cada vez mayor popularidad, cada día son más las mujeres que consultan en los hospitales si disponen de una bañera especialmente desarrollada para dar a luz o que optan por un parto en casa en bañera.
No obstante, se debe tener en cuenta que los partos acuáticos no son una alternativa tan actual como se piensa, a lo largo de la historia existen pocas pruebas concretas pero se sabe que se ha usado en todas las culturas del mundo, hay leyendas que dicen que los antiguos egipcios daban a luz en el agua a ciertos bebés selectos, las tradiciones de las islas Hawai mantienen que ciertas familias de las islas han nacido en el agua durante miles de generaciones…
El primer parto en el agua registrado en la modernidad, tuvo lugar en Francia en 1803 y uno de los primeros que propuso abiertamente el parto en el agua fue el médico francés Michel Odent en los años 70.
El principal beneficio del agua es el alivio del dolor: su efecto para muchas mujeres en trabajo de parto es “mágico”, relaja y  permite mejor tolerancia al dolor. Para muchas mujeres es la alternativa a la anestesia frente al dolor del parto. Se  usa con dilatación de cuello uterino mayor a 5 centímetros para evitar frenar el trabajo de parto, pero en diferentes casos se puede usar antes, por ejemplo para relajar con buenos resultados.
Existe evidencia científica que fundamenta su uso para tolerar el dolor del trabajo de parto sin riesgos para la madre y el feto.
El agua ayuda a relajarnos y es un elemento que nos da placer. En el agua nuestros movimientos son suaves, nuestro cuerpo flota y puede moverse en todas las direcciones. La madre puede cambiar de posición fácilmente para encontrar la más cómoda con cada contracción. La posibilidad de balancear la pelvis y adoptar posiciones de cuclillas facilita la rotación y descenso por el canal de parto, que aumenta en un 30% su diámetro,  al poder bascular libremente el cóccix. Por la comodidad y posibilidad de relajación la madre se agota mucho menos, conservando su fuerza y vigor, especialmente para el periodo expulsivo, además empujar es más fácil en el agua. Se utiliza menos energía en el nacimiento en el agua.
El agua templada ablanda los tejidos esenciales para el nacimiento (vagina, perineo y la vulva), con un bajo índice de rasgados vaginales y trauma del tejido.

El agua crea una presión igual en todas las partes del cuerpo. El riego sanguíneo al útero se incrementa y como resultado las contracciones son más eficientes, al mejorar el suministro de sangre a la placenta mejora también el nivel de oxígeno del bebé. El control de las contracciones y los latidos cardiacos fetales, debe realizarse de la misma forma que fuera del agua. Las madres que están en el agua deben hidratarse por la  pérdida de líquidos.
La intimidad es uno de los  requisitos básicos para el desarrollo de la fisiología del parto, porque la porción del cerebro que regula el parto y nacimiento no es la corteza, sino el cerebro mamífero o glandular. Es un elemento común con los mamíferos. El agua brinda intimidad, seguridad, privacidad y permite un óptimo desarrollo de la fisiología de las hormonas del parto: mejora la producción de oxitocina y endorfinas, mientras que se produce menos adrenalina.
Las bañeras de parto están especialmente diseñadas para poder dar a luz dentro de ellas, su tamaño es lo suficientemente grande como para que entren en ella como mínimo dos personas, la pareja puede entrar  para dar apoyo a la mujer  y de esta manera puede participar más activamente de todo el proceso del parto.

Los beneficios del agua no quedan aquí, ya que el recién nacido será el más beneficiado: el agua provee al bebé con una reproducción muy parecida al ambiente de la matriz, con el nacimiento en el agua, el bebé viaja suavemente de un lugar templado, mojado y seguro, dentro del cuerpo de la madre, hacia otro lugar templado, mojado y seguro en los brazos de la madre.

Al nacer en el medio acuático, después de soportar el trauma del nacimiento, se reencuentra por unos instantes con un medio acuático y caliente igual que en la vida intrauterina. No soporta bruscamente la gravedad que lo aplasta por primera vez en su vida, lo cual calma su angustia. La primera extensión de brazos, piernas y tronco lo hace en un medio cálido, blando y placentero. Mantiene la apnea por unos minutos igual que en la vida intrauterina. El encuentro con el aire, la respiración aérea, la luz y los ruidos, es lento y pueden resolver cada uno de los cambios a la vez con gran disminución del trauma de nacimiento.
El bebé no recibe los muchos estímulos para inducir la respiración que están tan presentes en el nacimiento seco y se ha sugerido que esta forma suave de estimular la respiración es la razón por la que son muy pocos los bebés nacidos en el agua que gritan después de nacimiento, y están en general en un estado de alerta tranquilo.


Estos niños nacen calmos, serenos, tienen mejor desarrollo de fuerza muscular, menor irritabilidad, no se asustan y se han comprobado disminución de las enfermedades del primer año que relacionan con situaciones de estrés y disminución de las defensas.


La experiencia de parto en el agua es especialmente hermosa y conmovedora. Son partos muy emotivos con una relación madre- hijo muy intensas.

Vídeos de parto en el agua:
http://www.youtube.com/watch?v=LlGKQ6yfrCQ
http://www.youtube.com/watch?v=DURKohCA7GQ

SONIA VÁZQUEZ VILABRILLE
EIR 1º

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